El consumo de alcohol constituye un destacado factor de riesgo de accidente de tráfico y de lesiones asociadas al mismo. La trascendencia vial del consumo de alcohol se deriva de varias circunstancias:
a) La frecuencia de su consumo. En Venezuela, el consumo de alcohol entre los conductores de vehículos es muy elevado.
b) El alcohol deteriora las capacidades de modo "lineal" en relación a la concentración de alcohol en sangre o alcoholemia, de modo que el deterioro ocasionado por niveles más altos incrementa sensiblemente la susceptibilidad a sufrir accidente y lesiones asociadas al accidente.
c) El alcohol no sólo origina mayor riesgo de sufrir accidente, sino que además agrava la lesividad derivada del accidente, incrementando la probabilidad de sufrir lesiones mortales y de padecer secuelas e incapacidades permanentes.
En base a ese mayor riesgo se han establecido los niveles máximos de alcohol permitido. A medida que tenemos más evidencias científicas se viene señalando que incluso con los niveles inferiores a los permitidos en la actualidad, 0.5 g /l, el riesgo es “excesivo”. De ahí la propuesta de que debe reducirse aún más.
Los jóvenes son particularmente vulnerables a los efectos del alcohol y a la influencia de éste sobre la capacidad para conducir con seguridad: Este incremento del riesgo es aplicable a cada grupo de edad. Sin embargo, los jóvenes, por distintas circunstancias (conductores inexpertos, consumos elevados los fines de semana, conducta desinhibida, etc.) son particularmente vulnerables
FUENTE: Alcohol y siniestralidad por tráfico - F. Javier Álvarez, Inmaculada Fierro y M. Carmen del Río
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