3er Domingo de Noviembre

lunes, 14 de octubre de 2013

Enemigos del Manejo Defensivo

Problemas emocionales del conductor

El exhibicionismo:  


Al conducir, los exhibicionistas tratan de demostrar habilidades poco corrientes, con las cuales quieren llamar la atención de otras personas (conducir con una mano, manejar a altas velocidades, hacer ruido con bocinas o pitos, quitar el silenciador, etc.). Evite usted imitar a estos conductores, recuerde que los circos son para los payasos, y las carreteras para los buenos conductores.  

Temeridad:  

El conductor temerario es audaz, atrevido y se arriesga imprudente e irresponsablemente. También se encuentra con frecuencia esta característica en el comportamiento de los jóvenes. Tanto en jóvenes como en adultos esta actitud se acentúa más por efecto del licor. Conduzca con calma: "vale más perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto"  

Negligencia:  

Se presenta en los conductores descuidados, perezosos, quienes no revisan sus vehículos, no se concentran en la conducción y guían con descuido olvidándose de que el Artículo 84 de la Ley de tránsito dice: "... y de modo general es prohibido conducir un vehículo descuidadamente, con desprecio de los derechos y seguridad de los demás o sin la debida prudencia, o de tal manera que se ponga en peligro la seguridad del mismo vehículo, de otros, o ?Cuantas veces le han estado hablando, y usted no ha escuchado lo que le dicen? Estaba distraído de las personas o bienes".  

Cólera:  

Un conductor colérico, sufre una alteración en su conducta normal, se torna agresivo y peligroso, y se transforma en una máquina de muerte, cuando está apresurado y se encuentra con el paso cerrado por otros vehículos, o con espacios ajustados y difíciles. Como reacción irrespeta las disposiciones de la Ley y reglamentos, así como la vida y el derecho ajeno. La cólera puede tener muchos orígenes, pero sin importar de donde provengan, siempre puede causar problemas en la carretera.  

La Distracción:  

Es la fijación en la mente de una idea o cosa que la aparta del objeto al que debe aplicarse. Es bien sabido, y probado que un conductor puede llevar su vista fija en la vía y sus acompañantes tienen la sensación de que está muy atento a todo lo que está sucediendo en la vía pero en realidad su mente está muy lejos de la carretera. Cuantas veces estamos en la carretera, pero un simple pensamiento nos aleja de la carretera por fracciones de segundo; en esa fracción podría haber ocurrido un accidente.  
El conductor distraído, puede estar pensando en problemas o compromisos económicos, problemas personales o familiares, o del trabajo, los que constituyen una desviación de su foco de atención  abandonando la conducción por concentración mental y lo hace en forma automatizada, y cuando se requiere pensar y actuar, se hace tardíamente porque su mente está ocupada en otro asunto. Estas son las reglas para mantener la atención  
Cuando el vehículo está en movimiento, mantenga los ojos también movimiento. 
En la ciudad debe mirar cuando menos 100 metros adelante, en carretera debe tratar de abarcar 300 metros adelante. 
Es necesario tener una buena visión de la parte trasera del vehículo y a sus lados, para ello debe utilizarse el espejo retrovisor interior y los laterales.  
Los ojos deben estar moviéndose, pasando la mirada por el panel de instrumentos de medición y a los espejos, así como sobre la carretera y la mirada abriéndose hacia los lados de la misma, tratando de descubrir cualquiera señal de movimiento. 
Evitar fijar sus ojos en un solo punto, evitando hipnotizarse usted mismo con la monotonía del paisaje.  

Distracciones al Conducir:   

Escuchar la radio 
Buscar un cigarrillo 
Conversar y mirar directamente al interlocutor
Buscar el encendedor 
Contemplar el paisaje 
Pensar en algo distinto a la conducción 
Atender una puerta que se abre 

Ligereza:  

Esta actitud conduce a accidentes. El conductor ligero se caracteriza por:  
No distingue las variantes que pueden haberse producido en el mismo tramo de carretera entre un momento y otro. 
No se adapta al medio. Conduce todos los días y a toda hora en igual forma. 
Tiene excesiva confianza en sí mismo y su vehículo. 

Vanidad:  

Esta es otra actitud parecida a la anterior, y se distingue por:  
Desprecio por los demás conductores. 
Mira nada más los errores en los otros. 
No admite que lo adelanten. 
No acepta correcciones. 

La susceptibilidad:  

El conductor susceptible es delicado, se molesta por cualquier cosa, y su conducta se altera, convirtiéndose hasta en agresivo.  

La agresividad:  

Proviene de un desorden de la conducta. Adelanta por la derecha, corta el paso, suena la bocina, hace señales insultantes, grita e insulta. Este tipo de conducta se  presenta también cuando la persona ha tenido un disgusto en su hogar o en el trabajo, y descarga su ira contra otras personas. El conductor joven se torna agresivo. 
El doctor Need Willar, en un artículo especial para la Revista Salud Mundial, de la OMS, refiriéndose a la cantidad de accidentes en conductores jóvenes dice: "Los conductores jóvenes, principales causantes de accidentes, buscan un modo de afirmar su personalidad, y creen haberla encontrado en la potencia de su vehículo (automóvil o motocicleta). Esa afirmación se convierte fielmente en actitud agresiva al conducir.   
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario