3er Domingo de Noviembre

lunes, 18 de febrero de 2013

El niño y la seguridad vial

Es un hecho que muchos niños inevitablemente sufren en sus cinco primeros años de vida algún accidente, tanto en el hogar como fuera de él, si bien gran parte de ellos son de carácter leve en cuanto a su pronóstico. En los países industrializados los accidentes en la infancia constituyen la primera causa de muerte destacando por orden de frecuencia los accidentes de automóvil.

Aunque un niño de entre 8 y 10 años al que se le han enseñado las reglas de circulación ya es capaz de desarrollar por sí mismo su sentido de la responsabilidad y autonomía para circular con seguridad por la vía pública, la supervisión de los adultos es esencial hasta que el niño desarrolle plenamente sus habilidades en lo que a precaución se refiere ante aquellas zonas de mucho tráfico, límites de velocidad elevados, con muchos vehículos estacionados en la calle y con pocos dispositivos de control para peatones.

Consejos para los padres

La supervisión de los padres es esencial hasta que el niño desarrolle por sí solo sus habilidades ante el tráfico; nunca debe dejarse a los niños menores de 7 años ir solos por la vía pública ya que aún no son lo suficientemente maduros para percibir sus peligros.

Es a partir de los 8-10 años, si se les prepara para ello, cuando los niños ya son capaces de percibir tanto los riesgos presentes como la manera de evitarlos y, por tanto, pueden adquirir cierta autonomía vial.

Sin embargo, a pesar de ello, no hay que permitir nunca que los niños menores de 10 años crucen la calle sin ir acompañados de un adulto.

Por otra parte, por el instinto de imitación que poseen los niños, es deber de los padres al circular por la vía pública dar un buen ejemplo respetando las normas de tráfico ya que éstos optan por imitar lo que han visto hacer. Si por cualquier circunstancia excepcional no se respeta alguna norma de circulación, hay que explicar inmediatamente al niño que está mal hecho y que él no debe hacerlo.

Una de las principales formas de enseñar a los niños a circular por la vía pública es caminar con ellos explicándoles la forma correcta de hacerlo sin dejar de hacer hincapié en aquellas zonas donde hay que prestar más atención. Es necesario enseñar a los niños que al atravesar una calle hay que a mirar a la izquierda, luego a la derecha y después otra vez a la izquierda, para continuar mirando al atravesarla. Hay que explicarles al mismo tiempo que aunque haya una señal de alto o una luz roja, los conductores no siempre las obedecen y por precaución deben circular por la calle por el lado más alejado de la calzada.

Es necesario, a la vez, enseñar a los niños a identificar los obstáculos (automóviles, etc.) que les impiden la visión y hacerles pensar que quizá detrás de ellos puede haber otros en movimiento, que es importante que sean vistos por los conductores y que siempre deben estar alerta a las señales de tráfico, conociendo de antemano su significado.

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